La Carboxiterapia es un tratamiento no quirúrgico que consiste en pequeñas inyecciones de Dióxido de Carbono (Co2). Éstas son infiltradas en el tejido subcutáneo, conectadas a una máquina que regula el flujo del gas.
El Co2 penetra en forma de gas produciendo una hiperdistensión del tejido subcutáneo liberando bradiquina, serotonina, histamina y catecolaminas estimulando los tejidos y produciendo lipólisis, es decir, la destrucción de células grasas además de estimular la producción de colágeno, por lo que su efecto reafirmante se suma al lipolítico.
Los primeros efectos se aprecian desde la primera sesión. Por lo general recomendamos de 10 a 15 sesiones, incluso a veces en combinación con mesoterapia, aunque siempre dependerá de cada paciente y de las zonas a tratar.