La rinoplastia consiste en modificar las estructuras óseas y cartilaginosas nasales para conseguir una nueva forma que mejora la armonía facial.
En la mayoría de los casos se realiza a través de incisiones que se encuentran en el interior de la nariz, por tanto, dejan cicatrices no visibles (rinoplastia cerrada). La piel de la nariz se separa de su soporte, compuesto por hueso y cartílago, que es esculpido con la forma deseada. Cuando la complejidad de la corrección lo requiera, se realiza una incisión en la piel que separa los orificios nasales (rinoplastia abierta).
En algunos casos para ayudar a dar sostén a la pirámide nasal se utilizan injertos de tejidos del propio paciente (cartílago, hueso). Previo estudio pre-anestésico, se suele utilizar anestesia local bajo sedación profunda que garantiza la máxima seguridad y una recuperación rápida que permite, en la mayoría de los casos, el alta hospitalaria el día siguiente a la intervención